En los últimos días han aparecido dos noticias sobre el arte y los objetos virtuales que me han sorprendido, y quiero compartirlas y comentarlas. Por un lado, un artista vende una obra de arte invisible por 15.000€; por otro lado, se subasta un bolso virtual de Gucci por 4.300€. ¿Estamos perdiendo la cabeza con los objetos no tangibles? ¿O estamos buscando rarezas cada vez más extravagantes? Mi opinión: la “sed” del trascendente, de algo que no se puede tocar pero que está muy cerca de ti.
Soy seminarista de la diócesis de Barcelona, en España.
Nací el año 1990, y a la temprana edad de 18 años me decí por estudiar ingeniería aeroespacial. Me licencié en el año 2014 en la Universitat Politècnica de Catalunya. Tras un año de discernimiento vocacional, ingresé en el seminario de mi diócesis, la querida Barcelona. Allí me formé para ser presbítero, y estudié las licenciaturas de filosofía y teología.
Al terminar la licencia de teología, a falta de unos pocos meses para recibir la ordenación, mi obispo y la diócesis me mandaron a estudiar a Roma el máster y el doctorado en teología fundamental, en la Universidad Pontifícia Gregoriana.