Hoy es viernes santo, el día en el que conmemoramos la pasión, muerte y sepultura de Jesucristo, nuestro Salvador. Y junto a la Semana Santa, cada año también aparecen las ya conocidas polémicas entorno a la muerte de Jesús. Hoy me quiero centrar en la pregunta que dá título al presente post: ¿a causa de quién murió Cristo?

Monumento del Santísimo Sacramento en la parroquia de Argentona, donde estoy sirviendo esta Semana Santa

Históricamente hablando Jesús fue un hombre judio, natural de Nazaret, que fue crucificado en la vigília de la pascua (judía, en ese entonces no existía aún la pascua cristiana, fueron los discipulos de Jesús quiénes empezarian a celebrar la pascua cristiana tras verle resucitado), en tiempos de Poncio Pilato, tal y como lo confesamos cada vez que pronunciamos el símbolo de los Apóstoles.

La cuestión es que Jesús era una persona molesta para la jerarquía judía (léase el sanedrín, los fariseos y los maestros de la Ley): no seguía el precepto sabatino, curando así enfermos incluso en día de descanso, es crítico con la jerarquía, pronostica la destrucción del Templo (esto es una cosa fuerte, porque el Templo de Jerusalén, para los judíos, es el único lugar donde Dios toca la tierra; y la destrucción del Templo significa que Dios Yavhé abandona a su publo). Y cada vez hay más judíos que le siguen. Su movimiento, que al principio fue conocido como el movimiento de los nazarenos, puede ser semejante a otros movimientos de su época: los bautistas, entre los cuales encontramos a Juan como figura destacada; o los ebionitas. Es, por lo tanto, un movimiento espiritual. Muy mezclado con estos movimientos existe el deseo de independencia política, entre el que destaca el movimiento zelota, al cual pertenecía Simón, llamado el zelota, discipulo de Jesús; y seguramente también Judas Iscariote y Barrabás, el preso liberado por Pilato. Quien diga que la política no está relacionada con la religión, miente; pues en toda religión existe una aspiración política; y viceversa, en todo movimiento político hay una idea religiosa o trascendente de fondo. Pero esto es otro tema que trataré en un post más adelante.

Vemos como el sanedrín está incomodo con la popularidad de este nuevo maestro que ha aparecido, y decide quitarselo de en medio, pues dicen que se hace Hijo de Dios, -lo que es una blasfemia-, y Jesús no lo niega en ningún momento. El sanedrín lo condena a muerte, pero como en ese entonces Israel se encontraba bajo el yugo del imperio romano, el sanedrín no puede aplicar ninguna ley penal: deberá recurrir a la autoridad romana para que el caso siga adelante. Por ello van a casa de Pilato, aunque no quieren entrar ni tan solo en el patio de su casa, porque ello les contaminaría y esa noche no podrían celebrar la pascua (qué ironia, que por entrar en casa de un extrangero uno quede contaminado y no pueda celebrar la pascua, pero que por mancharse las manos con sangre inocente no ocurra nada malo a ojos de Dios…).

Tras un doble juicio, interrogación a Herodes y flagelación modo romano (no fueron las 39 flagelaciones de la Ley judía, sinó que fueron flagelaciones que podrían causar la muerte, se dice que más de 5.000), Pilato dá el brazo a torcer y manda crucificar a Jesús. De ese modo aplaca la ira del sanedrín, y puede pasar la noche en paz. Total, ese Jesús es solo un hombre pobre…

Entonces, ¿quién es el culpable de la muerte de Jesús? Judas quien lo entrega, el sanedrín quién lo condena, Pilato y los romanos quienes son condescendientes… y ¿cómo es que los cristianos dicen de sí mismos que son culpables de la muerte de Cristo? Para ello hay que ir al significado que Jesús dá de su propia muerte. En la última cena, una de las cenas pascuales que celebraban los judíos a lo largo de la semana, Jesús propone a sus discipulos un nuevo mandamiento: que nos amáramos todos como Él nos amó. Y Él nos amó hasta el extremo. Pero esa noche ninguno siguió ese precepto: Judas lo entregó, Pedró lo negó tres veces, los otros discípulos huyeron, el sanedrín buscó el falso testimonio para condenarlo, Pilato no observó la justicia y condescendió… todos rompieron el amor: por eso murió Jesús, porque los hombres, que no sabían amar, fueran capaces de amar gracias al ejemplo de Jesús, ya que su sangre purifica nuestras faltas. Su sacrificio no fue un simple sacrificio humano, sino que fue unsacrificio divino; por ello, por su sangre, todas las relaciones humanas deben de volver a la naturalidad y a la santidad, teniendo como fuente, modelo y fin la relación de Dios con los hombres.

En resumidas cuentas: todo hombre que no ama está clavando a Jesús en la cruz.

Les espero mañana para la gran celebración de la vida.

por Pau Manent Bistué

Soy seminarista de la diócesis de Barcelona, en España. Nací el año 1990, y a la temprana edad de 18 años me decí por estudiar ingeniería aeroespacial. Me licencié en el año 2014 en la Universitat Politècnica de Catalunya. Tras un año de discernimiento vocacional, ingresé en el seminario de mi diócesis, la querida Barcelona. Allí me formé para ser presbítero, y estudié las licenciaturas de filosofía y teología. Al terminar la licencia de teología, a falta de unos pocos meses para recibir la ordenación, mi obispo y la diócesis me mandaron a estudiar a Roma el máster y el doctorado en teología fundamental, en la Universidad Pontifícia Gregoriana.

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